Bien, yo escribi esto... asi q no me tomateen x favor, xq es el primer fanfic en forma, que escribo...
Titulo: Cosas innecesarias
Autor: Lian (o sease yo)
Pareja: MadaDei
Advertencias: ninguna... no esta hard, es mas bien tierno...
Y ehm... la serie Naruto no me pertenece mas q en mis suenios, asi que mientras siga despierta le pertenece a Masashii Kishimoto... creo q me voy a dormir!! >.<
Cosas innecesarias
Habían pasado dos semanas desde ése día… y aún no podía creer lo que Tobi le había confesado, era sencillamente increíble… extraño… pero de alguna manera también le había gustado oír que “le gustaba”.
Más que el hecho de que de repente llegara, se sentara frente a él y le soltara que era Uchiha Madara y el verdadero líder, agregando a eso los detalles de ser poseedor del sharingan y falso Tobi, lo que más le había impactado era que también le hubiera dicho: “me gustas desde hace mucho tiempo, y ahora estoy enamorado de ti”, y es que, aunque no lo confesaría aunque Hidan lo usara como sacrificio para Jashin mil veces, le había alegrado saberlo.
“Tantas cosas han pasado desde que me uní a Akatsuki… pero ésa sí que no me la esperaba…” pensó, irónicamente mientras caminaba hacia el comedor, donde ya estaban todos los demás miembros de la organización, tomando el desayuno.
Y es que aquellas palabras habían hecho estragos en su mente, hasta que por fin pudo poner orden y ver el panorama con más claridad y recordar que sus propias emociones eran lo más importante de todo. ¿Egoísta? Sí, ¿pero qué más se podía esperar de un artista tan orgulloso como él?
“No es como si alguien me hubiera enseñado a ‘querer’ o lo que es el cariño…”
Se sentó en la silla de siempre, en su asiento autodesignado y miró a la mesa, hot cakes, tomó unos cuantos y los untó sistemáticamente de miel y mantequilla, hacía ya dos semanas que no podía pensar claramente, ¿era eso lo que se llamaba “mover el tapete”?
-Buenos días, senpai…
Y ahí estaba, otra vez esa voz infantil que venía a continuar revolviendo sus ideas; levantó la mirada y se encontró frente a su pareja de equipo, la misma máscara anaranjada de siempre le devolvió una mirada alegre.
“No nací ayer, sé que está esperando una respuesta, pero aún no la tengo…” se torturó un poco más, pues a pesar de que ya conocía los sentimientos del ojirojo, no le había respondido cuáles eran los suyos propios, no es como si no los conociera sino que…hablando claro: los negaba por orgullo, era que, ¿cómo podía ir uno y decirle “yo también te amo” a un sujeto tan bizarro? Aunque también podía decirse que uno de los factores era la timidez… y el orgullo a no admitir que le daba pena…
-Mhm…-exclamó por cualquier respuesta, tratando de no prolongar más el contacto visual.
-Senpai, hoy es San Valentín, ¿sabía?
Eso le tomó por sorpresa, ¿tan sumido había estado en sus pensamientos que no se percató de que venía una fecha tan amenazadoramente peligrosa para su situación actual? Se atragantó con un pedazo de hot cake.
-Cof, cof, cof… -tragó a duras penas.- ¿eh? ¡Ah! Sí lo sabía, un…
Lo que había que hacer para mantener el orgullo a salvo…
-Entonces, ¡Feliz San Valentín, Deidara senpai!-dijo en tono alegre Tobi, ignorando las risitas mal disimuladas de sus compañeros.
-Anda, Deidara, el día de los tórtolos… -se burló Hidan.
Tobi hizo caso omiso de su comentario y continuó.
-Tobi tiene un regalo para usted, senpai
La mesa entera de pronto estuvo en silencio, a la expectativa del show, es decir, de la plática entre los pseudo novios, un par de los delincuentes esbozaban sonrisitas burlonas, pero los demás tenían el rostro serio y la mirada fija en la parejita.
La sangre poco a poco fue acumulándose en su rostro hasta que respondió, un poco avergonzado por no haberle comprado él nada.
-¿Ah, sí un? ¿Y qué es?
-Hoy, Tobi hará todo lo que senpai le diga
Kakuzu estalló en carcajadas, pensando en lo barato que le saldría si cada festividad el hiciera algo así, hasta que los demás le siguieron la risa.
-Puedes hacer que te haga lo que quieras… ¡no lo dejes descansar, Deidara!-comentó, pervertidamente Hidan.
El rubio sólo atinó a sonrojarse más, el orgullo no le permitía reaccionar de la manera adecuada, es decir, de la manera que lo habría hecho si sólo hubieran estado Tobi y él, en lugar de eso, en ésos momentos sólo pensaba en la vergüenza que le daba una situación así, ver y oír a sus compañeros riéndose de ellos.
-Así que harás lo que yo te diga, un
Tobi asintió con la cabeza.
-Ja, ¿entonces por qué no me regalas tu máscara y vas a hacer todas las guardias de los próximos dos días tú solo?-respondió burlonamente, levantando la cara de modo altanero, demostrándoles a los demás que él aún tenía su orgullo y que no caía en tonterías como esas de los “obsequios” y el “cariño”, es decir, defendiendo su imagen.
La mesa estalló en carcajadas de nuevo y el ojiazul sintió recuperada su dignidad, así que sonrió y continuó comiendo, sin volver a mirar al pelinegro.
El mayor se quedó en silencio y pasados unos minutos, se levantó de la mesa y desapareció de la vista de todos.
-Así se hace, Deidara, ése tonto no volverá a meterse contigo.-le dijo Kisame, cuando ya todos terminaban de comer y comenzaban a retirarse; finalmente, cuando ya solo estuvieron ellos dos, dijo.-…pero tal vez fuiste un poco duro con él…
-Nah, se lo merecía por atrevido, un.-afirmó convencido.
El resto del día fue bastante tranquilo, él se la pasó dando vueltas en su “taller”, una habitación acondicionada como estudio donde tenía sus reservas de arcilla explosiva y varias obras de arte a medio terminar, ignorante del resto del mundo como siempre que se concentraba en su trabajo.
Ya entrada la noche, casi madrugada, fue que cayó en la cuenta de que el tiempo existía y que debía ir a dormir, así que fue hacia la habitación que compartía con Tobi; cada paso resonaba en las paredes, el pasillo estaba silencioso al principio, pero entonces pasó por la puerta de Kakuzu y Hidan, y se dio cuenta de que estaban haciendo "algo"; apresuró el paso para no sentirse involucrado en “ése” tipo de situación, le llegaron los gemidos y suspiros, sacudió la cabeza para reducir el sonrojo y nerviosismo, entonces pasó frente a la habitación de Kisame e Itachi y pasó exactamente lo mismo, apresuró aún más el paso hasta casi correr y entonces entró a su habitación, cerrando la puerta rápidamente y tratando de pensar cosas bonitas.
-Gracias, Jashin, porque mi habitación esta lejos de las de ésos tipos…-murmuró, tratando de tranquilizarse y notando algo curioso en la pieza.
Sus ojos se fueron acostumbrando a la luz y notó algo en su cama, encendió la luz buscando el interruptor a tientas en la pared y lo vio, sobre su colchón había asentada una caja mediana, miró a su alrededor y notó que estaba solo, cosa rara porque Tobi ya debería de haber estado allí.
Se acercó a la caja y la abrió, sorprendiéndose al notar el contenido: la máscara de Tobi.
“¿Qué hace esto aquí?”
Pronto cayó en la cuenta y un escalofrío le recorrió entero, dejó caer la máscara y salió apresuradamente de la habitación y de la guarida, yendo hacia el bosque cercano.
“No lo hizo, no lo hizo… ¡por favor dime que no lo hizo!” pedía a Jashin mientras se acercaba a la línea del diámetro que debían vigilar cuando les tocaba hacer guardia, corriendo por horas seguidas hasta que les relevaran, el trabajo más odiado de todos los miembros.
Llegó y esperó unos momentos, entonces Madara apareció, corriendo ante él, sin la máscara… por unos instantes no supo cómo reaccionar, ver su rostro sonrojado por el ejercicio le había hecho sonrojarse también, estaba muy guapo... pero no iba a distraerse, sacudió la cabeza y se cruzó en su camino lo más pronto que pudo, recordando que tenía cosas que decirle.
-¿Qué crees que haces, un?
El mayor se sorprendió un poco al notar su presencia pero no disminuyó la carrera, dejando que corriera a su lado.
-Hago guardia…
-Sí, ya me había dado cuenta de eso.- respondió enfadado y frustrado.- preguntaba por qué lo hacías un…
-Es que me dijiste que hiciera la guardia de todos.-contestó con simpleza el ojirojo, turnando la vista entre su compañero y el camino.
-¡¡No se suponía que me hicieras caso, tonto un!!
-Dije que hoy haría todo lo que me dijeras, ¿no es así, Deidara?
La sonrisa del líder bajo la luz de la luna hizo que el corazón le diera un vuelco, pero no se rindió a sus impulsos.
-Primero que nada, detente un…-se resignó a ordenar, siendo obedecido al instante.
Pero el pelinegro además de detenerse, se desplomó en el piso, respirando agitadamente; el chico se detuvo también y fue a arrodillarse a su lado, preocupado.
-¿Estás bien un?
-Ah ah ah ah ah ah… sí… ah ah ah… pero muy… ah muy cansado… ah ah ah…-dijo, tratando de recuperar el aliento.
-Tonto un… -acercándose a su rostro pudo notar lo agotado que estaba, su ropa también estaba empapada y sucia, así que sin darse cuenta se enfadó con él... e incluso un poco consigo mismo.
-Hacía… ah… años que ah… no me sentía ah… tan cansado… -movió la pierna y se le escapó un gemido de dolor.
-¿Qué te ocurre un?-la preocupación ahora se reflejaba en su cara bajo la luz de la luna, de la misma manera que el dolor aparecía en el rostro de Madara.
-En la primera vuelta me caí… y me torcí el tobillo…-confesó.
-¿Y seguiste corriendo a pesar de eso un?
-Porque tú me lo ordenaste… no iba a desobedecerte… dije que haría lo que me dijeras por ser San Valentín…
No sabía si Madara era tonto, idiota, estúpido, imbécil, inepto, retrasado o algo por el estilo, pero también él debía serlo por haberle pedido algo así… Madara era el líder de Akatsuki, su líder, su compañero de equipo, su persona más querida, y había corrido todo eso, había terminado así por su culpa, sólo para darle un regalo de San Valentín…
Le frustraba su actitud... Madara definitivamente era especial, fuerte y decidido, divertido como Tobi, y a pesar de todo era tan tierno y leal… antes de darse cuenta ya estaba llorando lágrimas silenciosas, de las cuales el mayor no se dio cuenta hasta que algunas fueron a mojar su rostro, que estaba directamente debajo del de Deidara.
-Lo lamento un… fui un tonto… por mi culpa estás así un…
-No es tu culpa…
-Sí, sí lo es… por mi culpa un… porque no te contesté algo más lindo un…
-¿Más lindo?
Las palabras le extrañaron al ojirojo, sobretodo viniendo de alguien como Deidara, pensaba que era palabra desconocida en su vocabulario.
-Perdón… no debí responderte de esa manera un… yo estaba feliz de que me dieras un regalo un… pero me dio pena un…-en el momento de decir esas palabras cubrió su cara con sus manos para evitar que le viera llorar de pena.
-¿Pena?
-No vuelvas a hacer algo así, por favor un…
-¿Entonces qué debo darte como obsequio?
-¿No lo entiendes un?
Madara se incorporó hasta quedar sentado casi a la altura del chico, tratando de comprender lo que le decía.
-No necesito un regalo si te tengo a ti un…
Alargó las manos para abrazarlo, rodeando su cuello, apoyando la cabeza en su brazo, el otro no pudo menos que corresponderle, rodeándole la cintura, sintiéndose feliz al oírle decir eso, apretándolo con las pocas fuerzas que le quedaban.
-¿Debo tomar eso como un “sí”?
Por cualquier respuesta, el menor le plantó un beso en los labios, al principio tierno pero luego más apasionado cuando la lengua del otro quiso explorar el interior de su boca y él se lo permitió.
Un par de besos más y ambos ya estaban sonriendo, sonrojados pero felices de saber lo que tenían, lo que eran, que se tenían el uno al otro.
-Ahora soy yo quien debo lamentarlo… -comentó Madara.- estoy tan cansado que no creo poder hacer otras “cosas”
Deidara se enojo un poco al oírle decir ese tipo de “proposiciones”, pero entonces toda expresión de reclamo desapareció de su mente gracias a otro eso proporcionado por su pareja.
-Tendremos que esperar hasta el Día Blanco…-sentenció, entre suspiros, riendo bajito y mirando pícaramente al rubio.
FIN
Tadaaaa, he aqui mi fic para el concurso... un oneshotcito... el primer fic de la historia de mi vida...
se que mi narrativa no es buena, pero se hace lo que se puede, prometo seguir practicando para no venir a presentarles mas trabajos mediocres n.nU
ok, lian's out!! ciao, cuidaos!!
opiniones, plz!! >w<